Vamos por partes. Un crédito es una cantidad de dinero que una entidad financiera pone a tu disposición a cambio de un interés: una cantidad de dinero que debes pagar por ello. Puede poner a tu disposición la cantidad total de una sola vez (te transfiere el dinero a tu cuenta) o establecer un máximo del que puede disponer en el momento en que a ti te parezca oportuno.
La diferencia entre uno y otro es que, en el segundo caso, sólo pagas intereses por la cantidad de la que realmente dispones. Cada vencimiento (normalmente cada mes), devuelves una parte del dinero dispuesto (amortización) y abonas los intereses correspondientes por la cantidad total dispuesta.
La modalidad Revolving es una versión especial de este segundo caso en la que las cantidades pagadas en concepto de amortización se vuelven a convertir en saldo disponible; es decir: no tienen un tope en la cantidad de la que se puede disponer sino un máximo del que se puede haber dispuesto en cada momento. No tienen límite ni temporal ni de cantidad total.
Estas tarjetas y créditos son comercializados por un montón de empresas comerciales: desde gasolineras hasta supermercados, centros comerciales o equipos de fútbol; contando con una entidad financiera detrás: un banco o entidad de crédito; que también puede comercializarlos directamente. Esto se traduce, muchas veces, en una falta de información y de transparencia que se tiene en cuenta en el juzgado.
La modalidad Revolving no es ilegal. Pero mucha gente las contrata sin ser consciente de los peligros de este producto financiero y, además, los intereses que se cobran son muy elevados. Son Usura.